Patty confirma que el Estado paga a su guardaespaldas
La exlegisladora del MAS afirmó que ella no paga al guardaespaldas porque no trabaja por su interés personal, sino "por el interés de nuestro país".
La masista Lidia Patty resguardada por un guardaespaldas pagado por el Gobierno Fotos: Captura Notivisión, APG.
La exdiputada del MAS Lidia Patty, quien figura como denunciante del supuesto golpe de Estado, confirmó la mañana de este jueves que camina custodiada por personal de seguridad asignado por el Ministerio de Gobierno.
"Ese es públicamente la seguridad. El Ministerio de Gobierno me ha extendido, él es la seguridad que anda conmigo siempre", declaró Patty en entrevista con radio Fides.
La exlegisladora se presentó el miércoles en el Ministerio Público, donde fue insultada y empujada por algunos integrantes de Adepcoca que estaban presentes en el mismo lugar. En todo momento, la militante del MAS fue protegida por un hombre que vestía un chaleco y evitaba que Patty reciba algún golpe.
Consultada sobre si ella paga los honorarios del guardaespaldas que vela por su seguridad, la exdiputada sostuvo que si estuviera en diligencias de interés personal, pagaría por ese servicio, pero que como ella impulsa un caso de "interés de nuestro país", los gastos los cubre el Estado.
"Si yo trabajaría por mi interés personal, yo tengo que pagarme, ¿no? Este es interés de nuestro país, en esa parte (la seguridad), está haciéndose cargo el Ministerio de Gobierno, ellos me están dando, porque es interés del pueblo boliviano esto que han matado en Senkata y Sacaba, que estoy llevando adelante, por eso es que ellos (pagan)", manifestó la exlegisladora.
Patty indicó que el Ministerio de Gobierno tomó la decisión de asignarle guardia personal cuando la expresidenta Jeanine Añez fue detenida, ocasión en la que, según ella, fue víctima de amedrentamientos.
"Cuando a Jeanine Añez han detenido, de la misma manera (como sucedió ayer) me han agarrado también. Viendo esas cosas me han dado seguridad del Ministerio de Gobierno", sostuvo.
Fuente: Página Siete
